Disminuir el dolor, incrementar los rangos de movimiento o dar un apoyo emocional, son solo algunos de los objetivos que puede tener la rehabilitación en los niños y jóvenes. En el siguiente blog te contamos sobre estos tratamientos.
De los niños y jóvenes con alguna discapacidad física, cerca del 18% de los casos nuevos se debe a una parálisis cerebral.
Como vimos en el blog Qué tipo de parálisis cerebral existen, existen múltiples subclasificaciones de esta afección y de ello dependerá el tratamiento que cada niño tenga que seguir.
Si bien la parálisis cerebral no tiene cura y cada tratamiento dependerá de las complicaciones, la mayoría de los objetivos pueden ser clasificados en:
Si hablamos de fármacos, lo más utilizados son para disminuir espasmos y convulsiones, además de manejar la espasticidad y mejorar los patrones del sueño (un problema considerable entre niños con esta afección).
Por otro lado, las cirugías están indicadas usualmente para aumentar flexibilidad, reducir espasticidad y potenciar movilidad. Sin embargo no es opcional para todos los casos debido a su complejidad y los riesgos que conllevan.
Terapias como la física, ocupacional, psicológica y social pueden beneficiar y reducir los riesgos de desarrollar discapacidades. Estas suelen estar asistidas por medicamentos, cirugías y tecnologías asistivas. Es decir, trabajan en conjunto.
Pero la terapia física es el pilar fundamental de todas las intervenciones para la parálisis cerebral, siendo sus objetivos regulados de acuerdo al grado de control muscular, balance y movilidad.
Entre las herramientas eficaces y con alta evidencia para tratar esta afección, está la electroestimulación funcional (FES).
Esta permite la reeducación de patrones motrices, fortalecimiento muscular, manejo de la espasticidad y dolor, así como también la reeducación de piso pélvico.
Una de las ventajas de esta terapia es que se puede a acoplar al entrenamiento de marcha, remo o bicicleta. Este tipo de rehabilitación puede ser muy significativa para entrenar a las PC de predominio hemiparésicas, porque en ella se estimula ambos lados del cuerpo, aumentando la simetría, mejorando la postura y contribuyendo a la optimización del balance.
Los objetivos primordiales en los niños con parálisis cerebral son mejorar el balance, postura, gateo, escalada, caminata y fortalecer la musculatura.
Otros objetivos importantes son incrementar rangos de movimiento; mejorar el tono muscular; disminuir contracturas y deformidades articulares; usar equipamiento adaptado, reducir el dolor, aumentar la capacidad física y cardiovascular, además de perfeccionar la postura y el balance. En síntesis, todo tratamiento debe buscar que el niño pueda sobreponerse a limitaciones físicas y aumente independencia.
El movimiento constante de las manos en una persona suele ser asociado con la enfermedad de Parkinson, pero ese síntoma tan reconocible es solo uno de los que genera esta patología neurodegenerativa, que también trae consigo rigidez muscular, lentitud en los movimientos voluntarios y dificultad para mantener el equilibrio, además de deterioro cognitivo.
Dificultades para realizar actividades de la vida diaria como moverse, hablar o incluso tragar son las principales consecuencias de los trastornos neurológicos, que limitan la independencia de las personas y afectan también al entorno familiar encargado de brindar apoyo y acompañamiento.
Un ACV deja secuelas van desde la debilidad muscular de un lado del cuerpo hasta la pérdida de la capacidad de tragar. El tiempo es fundamental, por ello el ideal es comenzar una rehabilitación temprana antes que estos problemas se vuelvan crónicos.