Causada en su mayoría por accidentes automovilísticos, caídas, agresiones o lesiones deportivas, una lesión medular (LM) implica daños en cualquier parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del canal espinal, lo que genera secuelas como pérdida de sensibilidad, de fuerza muscular y de funciones intestinales, hepáticas y sexuales.
Una lesión medular impide el flujo de los mensajes entrantes y salientes entre el cerebro y el resto del cuerpo, lo que afecta funciones básicas del organismo ubicadas por debajo del sitio donde se produjo el daño.
El Ministerio de Salud agrega que la lesión medular afecta el bienestar físico, psicológico y social del paciente, lo que se extiende al entorno familiar que debe asumir sus cuidados.
Mayo Clinic explica que la parte más baja de la médula espinal que permanece intacta después de una lesión se conoce como nivel neurológico y, según su gravedad, esta se clasifica en lesión medular completa e incompleta.
Si bien ambas tienen causas y síntomas similares, existen algunas diferencias que tienen implicancia en las opciones de recuperación:
De acuerdo a la funcionalidad perdida en brazos y piernas, la lesión medular puede producir:
Mientras que una lesión medular completa corta completamente la médula espinal en el sitio de la lesión, una lesión medular incompleta corta parcialmente la médula espinal, por lo que permite que algunas señales entre el cerebro y el resto del cuerpo se mantengan.
Esto significa que un paciente con lesión medular incompleta aún puede conservar alguna función y sensación debajo del sitio del daño. Así, las personas generalmente tienden a tener un mejor pronóstico general y pueden recuperarse más rápido de sus lesiones.
En este caso, puede ser difícil predecir exactamente qué tan limitantes sean las secuelas, dados los diferentes tipos de lesiones incompletas de la médula espinal.
Existe una mayor probabilidad de recuperación cuando la lesión medular es incompleta y, por lo tanto, la parálisis es parcial. El pronóstico también es favorable cuando el movimiento y la sensibilidad comienzan a recuperarse la primera semana luego de haber sufrido la lesión. Sin embargo, TrainFES ha tenido tratamientos exitosos con muchos pacientes a más de un año de haber sufrido la lesión medular.
TrainFES cuenta con un equipo multidisciplinario conformado por médicos fisiatras, kinesiólogos y terapeutas ocupacionales, entre otros, que evalúa el tratamiento indicado para cada persona de acuerdo a la lesión de médula que presente, con miras a lograr una rehabilitación global.
El programa de rehabilitación integral TrainFES, especializado para lesión medular se enfoca en dos objetivos principales:
Entre las innovaciones tecnológicas destaca la electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés), que otorga nuevas alternativas para rehabilitar parálisis motoras por lesión medular a través de pulsos eléctricos que activan los músculos, en conjunto con ejercicios guiados por el equipo médico.
La técnica de electroestimulación y el entrenamiento diario que hacen posibles la metodología y tecnología de TrainFES facilitan que el paciente lleve adelante su entrenamiento con constancia, ya sea presencial o en casa, para lograr el máximo potencial de recuperación.
Cristián Cuevas se sometió a una operación por un problema cercano a la columna vertebral que lo dejó con una lesión medular que le quitó la movilidad y sensibilidad de ambas piernas, quedando postrado.
En 2019 inició el proceso de rehabilitación en TrainFES, y mes a mes fue consolidando logros, hasta levantarse. Cuando el año terminaba, subió por sí solo todos los escalones del templo Bahai de Santiago.
“Hace dos años no sentía ni movía mis piernas, hoy puedo caminar”, resalta Cristián, a quien la lesión medular lo obligó a congelar sus estudios universitarios cuando estaba en primer año.
Cristián sigue entrenando a diario para mejorar cada vez más su marcha. Su esfuerzo y constancia lo llevaron a titularse en una carrera en informática y programación, con lo que se integró al equipo de TrainFES, donde trabaja para desarrollar la tecnología para el futuro de la neurorehabilitación.
En abril de 2019, mientras regresaba a su casa, Alejandra fue atropellada por un bus que no respetó la luz roja. Aunque una operación de urgencia le salvó la vida, una lesión medular en la zona lumbar la dejó sin poder caminar.
En 2020, al inicio de la pandemia, comenzó en forma remota su camino con TrainFES, en el que logró grandes avances como ponerse de pie y alcanzar la marcha terapéutica con asistencia y electroestimulación funcional.
Terminada la cuarentena, Alejandra comenzó a asistir presencialmente a TrainFES Center y ya ha logrado dar sus primeros pasos sin apoyo. “Al principio estaba postrada en una cama, pero gracias a TrainFES hoy puedo caminar con un burrito. Estoy feliz”, expresa.
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Un accidente cerebrovascular (ACV) se produce cuando hay un daño en el tejido cerebral a causa de un problema en las arterias que lo irrigan. Esto puede ocurrir porque se ocluyó una arteria y se produjo un infarto (ACV isquémico), o porque se rompió una arteria que derivó a una hemorragia o derrame (ACV hemorrágico).
Las enfermedades neurodegenerativas afectan varias actividades propias del cuerpo, como el equilibrio, el movimiento, el habla, la respiración e incluso funciones del corazón.