La Federación Mundial de Neurología (WFN) establece este día como una instancia para concientizar sobre el diagnóstico y tratamiento de enfermedades y trastornos del cerebro.
El cerebro controla las funciones cognitivas del cuerpo y las reacciones del organismo, lo que lo convierte en uno de los órganos más importantes del cuerpo humano junto al corazón. Los trastornos cerebrales, incluyendo problemas mentales y neurológicos, suelen ser invisibilizados o ignorados, razón por la que la Federación Mundial de Neurología (WFN) estableció esta fecha para concientizar su diagnóstico y tratamiento.
El cerebro es un órgano esencial para el bienestar del cuerpo. Este consume el 20% de la energía y el oxígeno de nuestro organismo, y representa un 2% de nuestro peso corporal. Está formado por un 73% de agua y compuesto por más de 100 billones de células nerviosas.
Cada hemisferio cerebral controla distintas funciones. El lado izquierdo está asociado con el análisis, la lógica, la matemática y el lenguaje, mientras que el lado derecho desarrolla el aspecto creativo, la intuición, los sentimientos, la imaginación y las artes. A pesar de estar en constante investigación, el cerebro sigue siendo considerado un misterio.
Para el bienestar del cerebro, los especialistas señalan la importancia de una alimentación balanceada, actividad física y control de los factores de riesgo cardiovascular, además del cuidado del estrés y la ansiedad.
¿Por qué se celebra cada 22 de julio el Día Mundial del Cerebro?
Desde el 2014, la Federación Mundial de Neurología determinó cada 22 de julio como el Día Mundial del Cerebro con el fin de visibilizar las enfermedades cognitivas y el cuidado de la salud cerebral. Cada año, esta celebración tiene un lema diferente. El del 2024 es “Salud cerebral y discapacidad”.
Las enfermedades neurológicas son altamente prevalentes: una de cada tres personas en el mundo padece algún tipo de trastorno neurológico. Además, son la primera causa de discapacidad y la segunda causa de mortalidad.
Enfermedades más comunes del cerebro
Existen distintas enfermedades que afectan a la salud cerebral. Entre estas, la más común a nivel mundial es el accidente cerebrovascular (ACV), la cual es, a su vez, la principal causa de discapacidad en adultos.
Otros trastornos prevalentes son las enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la enfermedad de Parkinson, las cuales degeneran el cerebro paulatinamente, afectando la calidad de vida de la persona, al producir secuelas que disminuyen las capacidades físicas de quien la padece.
Neuroplasticidad: Cómo el cerebro se adapta después de una enfermedad
El cerebro tiene la capacidad de adaptarse frente a estos trastornos y enfermedades. Una de las formas en las que lo puede hacer es con la neuroplasticidad. La OMS (1982) define la neuroplasticidad como la capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse anatómica y funcionalmente, después de estar sujetas a influencias patológicas ambientales o del desarrollo, incluyendo traumatismos y enfermedades.
La neuroplasticidad es posible gracias a la capacidad de las neuronas para modificar sus conexiones y estructuras en respuesta a distintos estímulos y experiencias. Esto significa que cuando aprendemos algo nuevo, las conexiones neuronales se fortalecen, lo que nos permite recordar y aplicar ese conocimiento en el futuro. Cuando una parte de estas conexiones se daña por una lesión como un accidente cerebrovascular, pueden volver a formarse a través de un proceso llamado neuroplasticidad.
Aunque no se puede revertir el daño cerebral, la neuroplasticidad puede reconectar funciones a áreas nuevas y saludables del cerebro, ayudando a compensar el daño sufrido después de un ACV.
Consejos para mantener la salud cerebral
Para mantener una salud cerebral adecuada, se recomienda seguir lo siguiente:
Tecnología y rehabilitación en TrainFES
La neuroplasticidad está en su máxima efectividad inmediatamente después del ACV, por esto, es importante potenciarla desde el principio en el proceso de rehabilitación.
Se pueden utilizar tecnologías para fomentar el reaprendizaje neuronal. Una de estas es la electroestimulación funcional (FES), que permite que la segunda motoneurona active la musculatura paralizada del usuario y genere un movimiento funcional acorde a una intención explícita por parte del mismo usuario.
Al combinar distintas rutinas de entrenamiento, TrainFES incentiva el reaprendizaje neuromuscular de las neuronas sanas, con el objetivo de recobrar funciones motoras que se perdieron o incluso incentivar el aprendizaje primerizo, por ejemplo, en casos pediátricos.
Esta tecnología se diferencia de otros tipos de estimulación, como TENS y EMS, puesto que no es una simple repetición. Para aumentar su efectividad, requiere de la ideación del movimiento por parte del usuario y su participación activa en los ejercicios.
Historias de éxito en TrainFES
TrainFES ha sido clave en la rehabilitación de más de 3 mil pacientes, quienes han visto mejoras significativas en su calidad de vida. Un ejemplo notable es el caso de Juan Sepúlveda, quien sufrió un ACV hace cuatro años, gracias a la tecnología FES y programas de rehabilitación, ha logrado recuperar gran parte de su movilidad y funcionalidad. Su historia es un testimonio del poder de la neuroplasticidad y la efectividad de la metodología TrainFES.
“La experiencia ha sido extraordinaria, después de 4 años pude realizar un movimiento que no podía hacer que era levantar el pie, y eso para mí fue emocionante. Cada día es una experiencia mejor”, cuenta Juan, quien ya lleva 2 meses en neurorehabilitación con TrainFES.
Conclusión
En el Día Mundial del Cerebro, recordamos la importancia de este órgano vital y renovamos nuestro compromiso de promover su salud y bienestar a través de la tecnología y la innovación en neurorehabilitación. En TrainFES, estamos dedicados a mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes mediante métodos innovadores y personalizados que aprovechan el poder de la neuroplasticidad.
Quienes sufren algún grado de parálisis motora ven afectada su movilidad y, con ello, su independencia para realizar actividades cotidianas que van desde alimentarse hasta caminar. Las limitaciones se transforman en una discapacidad, y pueden volverse dependientes de ayuda externa para continuar con sus vidas.
Las secuelas que los trastornos neurológicos causan a las personas suelen ser graves, con efectos en la calidad de vida del paciente y de quienes lo rodean. Pero cuando esta afección se da en adultos mayores, las consecuencias pueden profundizarse y derivar en una discapacidad.
Un daño o enfermedad que afecte al sistema nervioso puede dejar a una persona con parálisis motora, lo que le impedirá realizar movimientos habituales del cuerpo y, con ello, actividades de la vida diaria.