Aplicar pequeñas cargas eléctricas a un músculo que se encuentra paralizado o debilitado, puede ser una excelente alternativa para la rehabilitación de un paciente con problemas de movilidad. Aquí te contamos qué es el FES y cómo puede ayudarte.
Tal como explica este artículo de MS Trust la electroestimulación funcional o FES por sus siglas en inglés (Functional Electrical Stimulation) es un sistema asociado a un entrenamiento, el cual aplica cargas eléctricas a un músculo que se encuentra paralizado o débil y así generar contracciones musculares de forma coordinada. De ese modo es posible ejecutar patrones de movimientos funcionales y favorecer el reaprendizaje motor.
La aplicación de FES siempre debe ir asociada a una tarea específica o a un movimiento funcional durante la terapia. Este tipo de terapia está dirigida a personas con lesiones que afectan al Sistema Nervioso Central (SNC) que involucren algún grado de parálisis, como:
-Lesión Medular completa e incompleta -Accidente Cerebro Vascular -Traumatismo Encéfalo Craneano -Parálisis Cerebral -Polineuropatías o lesiones de nervio periférico (sujeto a evaluación) -Entre otras
El uso de FES busca generar una contracción muscular. Para esto se colocan electrodos sobre la piel, dos por cada músculo que se quiera estimular. Estos electrodos generan impulsos eléctricos, los cuales están controlados por tres parámetros principales: intensidad de corriente (mA), ancho de pulso (μs) y frecuencia (Hz).
Para que la electroestimulación esté completa es necesario un sensor inercial de movimiento o IMU, con este sensor la electroestimulación pueda estar sincronizada a tareas de la vida diaria o movimientos funcionales, tanto para asistirlos como para entrenamiento de los mismos. Este sensor actúa como biofeedback y es esencial en neuro rehabilitación, ya que al evocar movimientos funcionales potenciamos la plasticidad neuronal, es decir la capacidad del cerebro de “reaprender” patrones motrices, permitiendo reconocer la activación correcta de las actividades funcionales.
En el caso de WalkFES, el sensor inercial IMU va en el zapato, a la altura del mediopie, con esto se puede medir en tiempo real el movimiento del pie que necesita asistencia y a través de la aplicación activar los músculos que se encuentren debilitados o paralizados. La estimulación se entregará en el momento exacto en que la marcha requiera asistencia, por ejemplo si la persona tiene una debilidad en el tibial anterior que es uno de los músculos que levanta el pie del suelo, lo ayudará en el momento en que de el paso, o mientras este se encuentra en el aire en la fase de balanceo, lo mantendrá alineado y bien posicionado para que en el siguiente paso pueda hacer contacto con el talón sobre la superficie que esté caminando.
El sensor tiene otras aplicaciones, como la sincronización con cicloergómetros o bicicletas o máquinas de remo de interior.
Esta tecnología permite facilitar sinergias completas, como la necesaria para realizar alcances con las extremidades superiores, estimulando los músculos estabilizadores y los que provocan el movimiento de extensión y agarre.
La parálisis motora derivada de trastornos como accidentes cerebrovasculares o lesiones medulares requiere de un extenso proceso con miras a recuperar movilidad, volver a realizar actividades cotidianas y mejorar la calidad de vida.
Casos de parálisis motora derivados de trastornos neurológicos o enfermedades neurodegenerativas requieren de un tratamiento adecuado. Para ello es fundamental el rol de los profesionales de la kinesiología, que cuentan con técnicas como la electroestimulación funcional para potenciar la rehabilitación.
La telerehabilitación es un proceso que permite continuar un tratamiento de terapia física en casa con la guía remota de un profesional experto y el apoyo de diferentes tipos de tecnologías.