Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Accidente Cerebrovascular, fecha acordada con el objetivo de visibilizar la importancia de saber acerca de esta emergencia médica que, de no ser tratada a tiempo, genera secuelas que van desde parálisis motora hasta la muerte.
Un accidente cerebrovascular (ACV) se produce cuando hay un daño en el tejido cerebral a causa de un problema en las arterias que lo irrigan. Esto puede ocurrir porque se ocluyó una arteria que produjo un infarto cerebral (ACV isquémico), o porque se rompió una arteria que causó una hemorragia o derrame (ACV hemorrágico).
El Ministerio de Salud explica que el ACV isquémico es una de las principales causas de discapacidad en Chile, con una prevalencia aproximada de 130 casos por cada 100 mil habitantes. Además, la probabilidad de quedar discapacitado después de un ACV isquémico es de 18% después de los seis meses.
Las graves secuelas de un ACV responden en gran medida a que una parte importante de la población no logra reconocer los síntomas y no se dirige a tiempo al servicio de urgencia más cercano. La atención médica oportuna puede prevenir daños mayores, secuelas neurológicas e incluso la muerte.
Un accidente cerebrovascular isquémico es la muerte de una zona de tejido cerebral, causada por una obstrucción de una arteria que produjo un suministro insuficiente de sangre y oxígeno al cerebro.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la mayoría de los ACV son isquémicos (80%), y la obstrucción de los vasos sanguíneos puede ser causada por coágulos u otras partículas, aunque también puede ser por depósitos de grasa.
Los síntomas ocurren repentinamente y consisten en debilidad muscular, parálisis, pérdida de sensibilidad o sensibilidad anómala en un lado del cuerpo, dificultad para hablar, confusión, problemas en la vista, mareos y pérdida de equilibrio y coordinación.
Mayo Clinic explica que un ACV puede causar discapacidades temporales o permanentes, según cuánto tiempo el cerebro carece de flujo sanguíneo y qué parte fue afectada.
Entre las complicaciones, se incluyen:
Alrededor de un tercio de las personas afectadas recuperan la totalidad o la mayor parte de la funcionalidad normal después de un accidente cerebrovascular isquémico. El resto sufre secuelas que afectan su calidad de vida y necesitan un proceso de rehabilitación.
TrainFES se enfoca en este objetivo, con una metodología que incluye la evaluación y la indicación de tratamientos personalizados, a cargo de un equipo de médicos fisiatras, kinesiólogos terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos que acompañarán todo el proceso.
Esta terapia incluye el uso de la electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés), tecnología que consiste en la aplicación de suaves corrientes eléctricas que activan los músculos paralizados, y que puede utilizarse en la casa de las personas gracias a los dispositivos de TrainFES y su aplicación para smartphones.
Un plan de entrenamiento personalizado, el acompañamiento permanente del equipo médico y el uso de la electroestimulación funcional permite obtener los siguientes beneficios:
El uso de la electroestimulación funcional en la terapia y el compromiso del usuario para entrenar a diario son fundamentales y permiten avances significativos que se traducen en una mejor calidad de vida para el paciente.
Como se explicó anteriormente, un ACV puede generar la pérdida del movimiento funcional al afectar el control de brazos o piernas, por lo que interfiere en actividades de la vida diaria tales como caminar, subir o bajar escaleras, ducharse o alimentarse.
El objetivo de TrainFES es que la persona recupere los movimientos mermados y su capacidad funcional, para mejorar el desarrollo de aquellas actividades que son parte de su vida diaria.
La evidencia científica relacionada con los ACV promueve el uso de FES para complementar la terapia convencional, ya que puede mejorar los resultados de la rehabilitación y disminuir el tiempo de recuperación, sobre todo si se trata de extremidades superiores o la marcha.
Así lo demuestra un estudio publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, que dio a conocer mejoras significativas en la recuperación motora de las extremidades superiores, gracias a los efectos de la terapia de espejo en combinación con FES y biofeedback.
La terapia con FES que incluye entrenamiento de la extremidad superior ha probado ser una intervención eficaz.
Un estudio efectuado en Estados Unidos tomó a 21 pacientes y los dividió en dos grupos. Uno aplicó solo terapia convencional y el otro, sumó tratamiento con FES. Los últimos demostraron mejores resultados en términos de manipulación de objetos, prensión palmar y tracción, además de destacar en índices de extremidad superior.
El tratamiento con electroestimulación funcional es una excelente herramienta para la terapia fonoaudiológica convencional para trastornos deglutorios.
Los análisis científicos han comprobado el buen resultado de este método en la rehabilitación de la disfagia. Por un lado, la terapia logra mayor respuesta y, por otro, reduce los tiempos de rehabilitación.
La metodología de TrainFES destaca por sus planes personalizados de entrenamiento, con el acompañamiento permanente de un equipo multidisciplinario de 40 expertas y expertos en kinesiología, fisiatría, terapia ocupacional, fonoaudiología y psicología.
Este estándar, que requiere del compromiso y la constancia de los usuarios, le ha mejorado la vida a miles de personas.
Entre ellas está Camilo Valdebenito (59 años), quien sufrió un ACV isquémico en 2017, que le causó una hemiparesia en el lado izquierdo.
Gracias a la capacitación de los profesionales y al uso de la aplicación móvil intuitiva, entrenó a diario y mantuvo una continuidad terapéutica.
“Yo me visto solo, me baño solo, como solo, todo lo hago solo. Puedo salir de mi casa al centro, puedo ir a comprar, al banco, puedo salir para cualquier parte ahora”, valora.
Se ha constatado que muchos de los contagiados han presentado accidentes cerebrovasculares, incluso cuando no pertenecen a la población de riesgo.
Debilidad muscular, problemas de equilibrio y coordinación, y dificultad para caminar son algunos de los síntomas de la esclerosis múltiple (EM), enfermedad del sistema nervioso central (conformado por el cerebro y la médula espinal) que puede provocar discapacidad.
Generalmente, las personas suelen pensar que esta es una afección que es muy limitante. Sin embargo, esta presenta matices y es muy diferente en cada paciente.