¿Cómo debes abordar la rehabilitación de un ACV? Aquí te dejamos algunas alternativas que puedes evaluar para tu recuperación.
Como ya vimos en el blog sobre accidentes cerebrovasculares isquémicos y hemorrágicos, sus diferencias implican también distintos tratamientos inmediatos para cada uno. En el primer caso, se suministra un medicamento trombolítico (activador tisular del plasminógeno). Este medicamento llega por la sangre hasta el cerebro y así disuelve el coágulo.
Pero si se trata de un ACV hemorrágico un anticoagulante puede empeorar la situación. En este sentido, se debe controlar la hemorragia y reducir la presión, ya sea con medicamentos o cirugía. Asimismo, el tratamiento dependerá de la causa de la hemorragia y si esta se generó dentro o fuera del tejido cerebral.
Una vez que se ha cubierto la emergencia, se da paso a un proceso de rehabilitación. ¿Cuáles son estas opciones?
Recuerda que como vimos anteriormente, las secuelas de un ACV pueden ir desde el habla hasta de movilidad. De esto dependerá el tipo de tratamiento que se aplique en cada persona. Lo importante es que la rehabilitación se inicie lo antes posible, ya que si una persona queda inmovilizadapor mucho tiempo, puede perder fuerza en su músculos lo que hará mucho más lenta la recuperación.
Pero en términos generales podemos distinguir algunos de lo más utilizados:
Se trata principalmente de tratamiento kinesiológico/ocupacional en el que se realizan:
Tomando este último punto, también existen alternativas que incorporan tecnología. Es el caso de la electroestimulación funcional. El uso de FES se recomienda como complemento a la terapia ocupacional convencional, ya que puede optimizar los resultados de la rehabilitación y reducir el tiempo de recuperación (como en el caso de las extremidades superiores o la marcha).
Como vimos en un anterior blog, estudios realizados en Corea del Sur demostraron que el uso de FES en la terapia espejo de personas que sufrieron accidentes cerebrovasculares tuvieron un mejora significativa en la extensión de la muñeca y ejercicios de precisión.
Además se puede utilizar en casos de disfagia, ya que puede potenciar los músculos involucrados en el proceso de la deglución. En este tratamiento se aplica una corriente eléctrica en los músculos faciales, suprahioideos y del suelo de la boca (según sea necesario). La idea es generar una contracción que facilite el movimiento muscular en la etapa deglutoria que fue alterada (desde el sellado labial al ascenso laríngeo).
La terapia ocupacional y la terapia del habla pueden ayudar con aquellas capacidades cognitivas que se perdieron luego del ACV. Por ejemplo la memoria, el procesamiento, la resolución de problemas, las habilidades sociales, el juicio y la conciencia de seguridad.
Asimismo para los trastornos de comunicación, la terapia del habla puede recuperar las habilidades perdidas en esta materia que incluye audición, escritura y comprensión.
Para enfrentar todo lo que viene después de sufrir un accidente cerebrovascular es fundamental que te encuentres en buenas condiciones emocionales. De hecho, el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, afirma que muchas personas que han sufrido este trauma necesitan terapia para para hacer frente a la depresión,la ansiedad, la frustración y la ira.
Aquellas persona que han sobrevivido a un accidente cerebrovascular y tiene depresión suelen ser menos propensos a seguir los planes de tratamiento, además pueden ser irritables o tener cambios de personalidad.
Básicamente es aprender a vivir tu vida de manera completamente distinta a lo que estabas acostumbrado, por lo que es normal que necesites de herramientas que te puedan ayudar a llevar tu rehabilitación de la mejor manera posible.
Estos tratamientos para una persona que sufrió un accidente cerebrovascular abarcan distintos aspectos, desde los movimientos funcionales hasta la emocionalidad. Es aconsejable que pidas un diagnóstico a experto para que puedas dilucidar qué terapia necesitas. La idea es que puedas evaluar distintas alternativas.
Un accidente cerebrovascular (ACV) es una emergencia médica que ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre hacia el cerebro debido a un bloqueo del flujo (ACV isquémico), o cuando existe una hemorragia en el interior de este a causa de la rotura de un vaso sanguíneo (ACV hemorrágico).
A lo largo del tiempo la electro estimulación ha sido utilizada como un método de rehabilitación de diferentes patologías: lesiones medulares, accidente cerebro vascular, atrofia muscular, etc..
Sensación de debilidad en una pierna, un brazo o un lado del rostro son señales de que una persona puede sufrir de hemiparesia. Esta puede darse a raíz de algunos trastornos neurológicos, relacionados al cerebro, la médula espinal o los nervios que se conectan a los músculos afectados.